La vigencia de los quorum supramayoritarios y demás enclaves autoritarios ante un futuro participativo

                La tradición democrática chilena, recompuesta el año ’89 tras el plebiscito que acabó con 17 años de Dictadura Militar, ha tenido a cuatro presidentes y una presidenta, que durante sus campañas han presentado a la ciudadanía planes de gobierno con los que llegaron a La Moneda. La Nueva Constitución ha abierto la puerta a reformar nuestro Congreso Nacional y la forma en que entendemos la participación democrática, temas que en estos años han estado en la agenda política y legislativa.

 Una revisión y análisis de los programas presidenciales de los 7 mandatos desde el retorno a la democracia es lo que realizó el Observatorio Congreso, iniciativa de Fundación Balmaceda para la transparencia y el seguimiento legislativo. Al ser consultado, Matías Riveros, cientista político, magíster en gobierno y políticas públicas en la Universidad Católica y autor del informe, nos comenta que el Observatorio trabaja en estudios sobre los programas presidenciales y “todas las ideas y propuestas que vayan en relación con el Congreso Nacional”.

El presente informe “es un análisis de los programas de gobierno, no hay que confundirlo con las metas o los cumplimientos, hicimos un estudio de lo que propusieron a la ciudadanía para las elecciones”. Dentro de los hallazgos importantes se establecen 2 periodos y, por otro lado, nos permite reconocer los impedimentos para importantes cambios como las reglas supramayoritarias y la ausencia de plebiscitos nacionales.

Primer periodo ’89 – 2006: Desarmar los enclaves autoritarios

 La primera tarea propuesta por la Concertación es terminar con los senadores designados y mecanismos que se establecieron en la Constitución para evitar cambios estructurales. Ya desde el Programa de Gobierno de Patricio Aylwin (1989), propusieron el fin del sistema electoral binominal por uno de carácter proporcional, además de la eliminación de los Senadores Designados, en su mayoría oficiales de las Fuerzas Armadas. Tendrían que pasar 2 periodos presidenciales de 6 años para tener un Congreso plenamente constituido bajo elección popular y varios más para acabar con el binominal.

 En 1993, durante la elección que erigió a Eduardo Frei, Chile conoció por primera vez propuestas de participación a través de plebiscitos vinculantes en la labor legislativa, en esa ocasión se propuso que con el 5% del padrón electoral se pudiera proponer o derogar proyectos de ley en algunas materias. Estos proyectos, indican desde el Observatorio, “ingresaron y quedaron en primer trámite. Se fueron pateando hasta que finalmente quedaron archivados” a causa de los quorum supramayoritarios más un sistema electoral binominal.

Segundo periodo: Transparencia y participación

 Durante el 2006, y con la entrada en vigencia de las reformas constitucionales que estamparon la firma de Ricardo Lagos y su ministro del Interior, Francisco Vidal, en la Constitución del ’80, el sistema político dio paso a programas de gobierno que pusieron en el centro la transparencia en el financiamiento e institucionalidad de los partidos, como es el caso del Programa de Gobierno de Sebastián Piñera en 2010, que buscó la inscripción automática, voto voluntario y voto en el extranjero, además de proponer transparencia en control interno, financiamiento y organización de los partidos políticos, a través del Servel. Resulta interesante señalar que Piñera propuso en su Programa del 2017, que en caso de necesitar reemplazar a un parlamentario lo sucedería el siguiente más votado, a diferencia de hoy que “la responsabilidad del reemplazo cae en los partidos. Si la persona es independiente, es decir, no apoyada por ningún partido, ese cupo queda vacío” advierte Matías, con la actual legislación es lo que sucedería con el cupo dejado en la constituyente por Rodrigo Rojas Vade.

Por otro lado, las reformas planteadas por el Consejo Anticorrupción de la presidenta Bachelet, a raíz de los casos Penta, Soquimich, Caval y los conflictos de intereses, incluyeron los propuestos en su Programa de Gobierno (2014) la instauración de un sistema electoral proporcional, que en buena medida permitieron el ingreso de grupos o actores antes excluidos por el binominal y luego de su segundo mandato, la paridad de género.

Conclusiones

Aunque el estudio abarca diversas propuestas no pudieron materializarse, podemos recoger ejemplos que ya son debates de la Convención Constitucional referentes al Poder Legislativo. “Principalmente de Ricardo Lagos en adelante, hay propuestas, por ejemplo: plebiscitos como mecanismo para dirimir diferencias entre las cámaras (…) el 2005, Bachelet con su propuesta de incorporar iniciativa popular de leyes. Aunque no en todos los ámbitos, sí por ejemplo en los planes reguladores, que son importantes para las comunas”

Desde el Observatorio creen que “pensar que estas medidas van a generar un cambio inmediato parece ilógico e impensado, todos estos cambios necesitan ser socializados por la ciudadanía, que sean participativos y tener etapas de prueba. Por ejemplo, cuando fue la puesta en marcha la reforma procesal penal, que dio creación al Ministerio Público, empezó con pruebas piloto en la Araucanía y Coquimbo, y progresivamente estos cambios fueron llevándose a cabo”.

Equilibrar las expectativas y evitar las frustraciones es una tarea que hoy no solo recae en la Convención, y así lo iremos confirmando, por ejemplo, cuando el Congreso debata sobre los plebiscitos dirimentes. Esta y otras son Propuestas de Gobierno que estuvieron presentes en los “30 años” y que te invitamos a revisar en www.observatoriocongreso.cl/analisis-programas-de-gobierno-1989-2017